AMO EXTREMADURA, Y EN EXTREMADURA YO VOTO REGIONALISMO, ¿Y POR QUÉ?
- carrillopinillamar
- 25 may 2023
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Yo amo (profundamente) esta tierra, la tierra en la que mis ojos se abrieron, por primera vez (hace ya tantos años), a la luz; amo la tierra en la que crecí, la tierra en la que aquella niña que yo era tanto y tanto jugaba; amo esta tierra hermosa en la que estudié, y en la que tanto batallaría después. Yo amo Extremadura, una Extremadura herida de muerte que clama… y es el suyo un clamor agónico y pavoroso. Amo esta tierra que hoy nos contempla…, la tierra que hoy me contempla, ya convertida en adulta, y es la de mi tierra una mirada desgarrada que implora ayuda, una ayuda urgente. No nos merecemos esto. Extremadura no se merece esto, señores; se merece un futuro mejor. Todos nos merecemos un futuro infinitamente más próspero y más justo.
Miren ustedes, la situación de Extremadura es crítica, no mala, sino crítica; y esta situación crítica en la que nos encontramos los extremeños no es casual, no es fruto de la casualidad, es consecuencia directa de la pésima gestión que durante años han estado llevando a cabo quienes la han gobernado; y la han estado gobernando, durante la friolera de treinta y seis (36) años, los socialistas (el PSOE), y durante cuatro años (4), el PP. Unos y otros han hecho, exactamente, lo mismo, manejar la Administración y el gobierno de la misma como si de un cortijo particular se tratara. La Administración, señores del PSOE y señores del PP, no es su cortijo particular. La Administración es la casa de los ciudadanos y debe trabajar para los ciudadanos, buscando el máximo bien para estos. El gobierno regional no es su feudo particular; el gobierno regional no debe ser jamás un feudo para caciques; y como auténticos caciques se han comportado ustedes: caciques de izquierda y caciques de derecha: lo mismo me da, que me da lo mismo.
La situación terminal de Extremadura no está ya para aguantar a más caciques ni sus cacicadas. Extremadura necesita una gestión centrada en sus intereses, en los de Extremadura. Necesita que se trabaje con denuedo, sin pausa y sin demora, para sacarla del hoyo oscuro y profundo donde la han enterrado los políticos nacionales que la han gobernado (los de PSOE durante 36 años y los del PP durante 4 años).
Por eso, creo que la mejor opción para sacar a Extremadura de la sima negra donde agoniza desde hace ya demasiado tiempo, es LA OPCIÓN REGIONALISTA (las cuatro opciones regionalistas que aspiran a gobernar la Junta de Extremadura).
En el ámbito autonómico (en las Elecciones a la Asamblea de Extremadura), yo voy a votar REGIONALISMO, concretamente, voy a votar a LEVANTA EXTREMADURA (el partido regionalista que, creo, cuenta con mayor experiencia en el regionalismo); igualmente, les diré que en el ámbito municipal, aquí, en el pueblo en el que yo resido (un pueblo con sus características y dificultades particulares), votaré la candidatura que me parece más idónea para trabajar por mi pueblo, y esa candidatura es la que presenta el PP (una candidatura en la que, creo, se ha desterrado ya ese caciquismo del que antes les hablaba).
Pero como les decía, en el ámbito autonómico votaré REGIONALISMO; ¿y por qué?, ¿y por qué no voy a votar ninguna de las otras opciones que presentan los partidos nacionales?: pues porque considero que Extremadura necesita con carácter urgente de gente que trabaje expresamente para defender sus intereses; gente concentrada en las necesidades de Extremadura, en sacarla de ese agujero oscuro y profundo. Nuestra tierra necesita de políticos que trabajen con sus cinco sentidos y con toda su fuerza de trabajo puestos sobre esta tierra. Esto no se trata, señores, de odiar a España: yo soy española y amo mi país, también; pero vivo aquí en Extremadura, y soy plenamente consciente de las graves dificultades por las que atraviesa nuestra tierra, dificultades que solo podrán ser superadas si se trabaja concienzudamente con el foco político colocado aquí, en Extremadura; y con ese foco colocado aquí, sobre nuestra tierra, ahora uno se va a reivindicar lo que haya que reivindicar allí donde haya que reivindicarlo: a Madrid, a Bruselas, a la Conchinchina y a la luna también, si hace falta.
Por eso, el REGIONALISMO es la mejor opción para tratar de solucionar las apremiantes necesidades por las que atraviesa esta tierra que tanto amamos todos. Es una obviedad el tener que decirlo: un político regionalista gozará siempre de infinitamente más libertad para reivindicar y defender los intereses de Extremadura ante quien haga falta; por eso y no por otra cosa, es por lo que considero, sinceramente, que en las graves condiciones en las que se encuentra nuestra tierra, el regionalismo es la mejor opción política.
Miren ustedes, decía Einstein, Albert Einstein (que de tonto, creo, tenía poco) “que es locura hacer las mismas cosas una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
¿Y entonces por qué no nos damos la oportunidad de prosperar? ¿Por qué no damos a otra gente la posibilidad de demostrar que se puede gestionar de otra manera, de un modo que defienda los intereses extremeños por encima de cualquier otro interés? ¿Por qué votamos una y otra vez, siempre lo mismo, a sabiendas de que la gestión de esos partidos nacionales no beneficia a nuestra tierra? ¿Por qué hacemos siempre lo mismo, si la gestión de esos partidos nacionales nos ha llevado a estar donde estamos y en las condiciones en las que nos encontramos?: en la miseria más injusta, inmerecida y miserable.
No equivoquen ustedes, por favor, la lealtad con la inercia. El ejercicio del derecho de sufragio activo (el derecho a votar), debe ser un ejercicio reflexivo y cabal, no una cuestión de inercias ni de irracionales vísceras; y hay una pregunta que uno debe hacerse siempre cuando va a votar a sus representantes durante los cuatro siguientes años: ¿cómo estamos y cómo quisiéramos estar?
Ustedes mismos…, es su decisión; pero si siguen votando lo de siempre… luego no se quejen.
Y una cosa más, ¿por qué no tengo yo el más mínimo reparo en compartir con ustedes, públicamente, lo que votaré el próximo domingo?, pues porque hay que ir desterrando ya en el ámbito de la política ciertos tabúes y ciertos miedos: el hecho de que yo vaya a votar al regionalismo en Extremadura y al PP en mi pueblo, no me convierte, automáticamente, en enemiga declarada de todos aquellos a los que no voy a votar; el hecho de votar lo que voy a votar tampoco me convierte en amiga íntima de aquellos a los que sí votaré; mi voto solo es el ejercicio coherente de mi derecho a decidir y a elegir libremente lo que considero que es mejor en cada uno de los ámbitos geográficos correspondientes, en cada momento; y si dentro de cuatro años considero, en base a las circunstancias, que debo cambiar mi voto (o incluso presentarme yo, como candidata, si considero que es mi deber hacerlo), pues lo cambiaré y ya está, sin mayores problemas. Como ya les he dicho, el ejercicio del voto no puede constituir una mera inercia.
La política no puede ser un campo abonado para el odio, la trampa, el insulto y la enemistad; no puede ser un arma arrojadiza que siembre dolor y resentimiento. La política debe transformarse (porque ahora no lo es, y no lo es desde hace mucho tiempo ya) en juego limpio, en un juego donde solo brillen los hechos y la buena gestión, y una dialéctica siempre respetuosa con los contrincantes.
Y dicho esto, les deseo a todos una sabia reflexión.




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