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EN VESPERTINAS

  • Foto del escritor: carrillopinillamar
    carrillopinillamar
  • 15 jun 2023
  • 3 Min. de lectura

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En la franja horaria que transcurre entre las 17:45 horas y las 19:15 (minuto arriba, minuto abajo), y salvo que me halle enfrascada en alguna tarea de esas que denominaré “ineludibles”, o que deba ausentarme de mi domicilio por algún motivo, igualmente ineludible, acostumbro a ver (de lunes a viernes) la televisión autonómica de mi tierra; y en este horario vespertino, dicho canal autonómico presenta ante los espectadores un entretenido programa de actualidad con secciones variadas para todos los gustos: hay concursos, música, humor, noticias… y todo ello conducido por unos profesionales agradables y cercanos que consiguen, con su buen hacer, amenizar las tardes de los extremeños de manera que, sin movernos de nuestros asientos ni salir de nuestras casas, podemos pasear por pastos y dehesas entre el ganado más variopinto; podemos asistir, como un lugareño más, a las pintorescas fiestas que salpican el calendario de nuestros pueblos y ciudades, y esto…, mientras recibimos buena cuenta de la actualidad más candente de esta magnífica región del suroeste español.


Y entre las secciones de este programa hay una muy especial a la que hoy quiero dedicar esta entrada por la magnífica labor social que supone: la dedicada al amor (o a la búsqueda de compañía, amistad, pareja…), una sección a la que suelen acudir, sobre todo, personas de edad ya avanzada que tratan de encontrar a alguien con quien compartir tiempo y aficiones, alguien en cuya compañía transitar ese tramo de la vida en el que suele haber mucho tiempo libre para disfrutar, pero cada vez menos gente con quien disfrutarlo: la soledad puede llegar a ser una carga difícil de sobrellevar si uno no la ha elegido…; incluso en el caso de aquellas personas que por sus características personales sobrellevan mejor la soledad, no podemos olvidar que todos somos seres sociales y necesitamos de los demás para desenvolver nuestra vida dentro de unos parámetros afectivos normales y saludables.


Esta sección ha recibido y recibe a personas viudas, divorciadas, solteras…: unas más nerviosas, otras más tranquilas, unas más jóvenes, otras más mayores, unas más risueñas, otras más adustas; algunas tímidas, otras, con un desparpajo sorprendente ante las cámaras… Hombres y mujeres que, más allá de su edad, su sexo, su lugar de procedencia o su trayectoria vital, buscan lo mismo: una buena compañía que les haga la vida más agradable y más llevadera, y si puede ser… el amor; y así, en este tipo de espacios, uno se da cuenta de lo mucho que nos parecemos los seres humanos (sobre todo en nuestras necesidades afectivas) más allá de las diferencias que creemos puedan distanciarnos. Este tipo de sección o formato, además, se realiza o se ha realizado, también, en otras televisiones: Juan y Medio lo ha realizado en Canal Andalucía; Ramón García en Castilla-La Mancha… y es que, como digo, responde a una necesidad universal del ser humano: la necesidad de afecto, de cariño, de compañía, de amistad, de amor, de lazos estables y sólidos que nos ayuden a transitar por la vida de manera más placentera y liviana.


Resulta, por otra parte, una sección aleccionadora para una sociedad un tanto timorata, acostumbrada a sobrevalorar en exceso la juventud y a denostar esa etapa vital que se conoce como “la tercera edad”; una tercera edad que se hace cada vez más longeva habida cuenta del crecimiento de la esperanza de vida, un crecimiento que, por otra parte, parece no alcanzar techo; una tercera edad que, como es fácil comprobar a diario en este tipo de espacios, sigue teniendo ganas de vivir, de divertirse, de viajar, de bailar, de enamorarse; de lucir guapa y atractiva, pese a sus achaques… Una tercera edad cuya experiencia de vida es un regalo para las generaciones más jóvenes, ésas que merced a su vitalidad y a sus pocas arrugas se creen las amas del mundo, ésas que piensan que la sociedad gira a su alrededor y que “las personas mayores” están ya poco menos que “para sopitas y buen vino”.


Pues de eso, nada, señores, todo lo contrario: mucha vida, una larga, buena, agradable y acompañada vida para quienes se han ganado el derecho a descansar y a disfrutar después de toda una existencia de trabajo; y muchos programas, secciones y espacios (dentro y fuera de las televisiones) que tengan como protagonistas absolutos a estas personas que solo quieren (y merecen) seguir viviendo…: una vida de calidad.



 
 
 

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