PODER LEGÍTIMO/PODER ILEGÍTIMO
- carrillopinillamar
- 22 may 2023
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Hoy quiero hablar del “Poder”, de para qué sirve el poder, de aquellos supuestos en los que el ejercicio del poder es legítimo y de aquellos otros supuestos en los que dicho ejercicio deviene ilegítimo.
¿Y qué es el poder?
Pues bien, siguiendo la definición recogida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, diremos que “Poder” es:
-La capacidad o facultad de hacer determinada cosa.
-Estar (una persona) en condiciones de hacer determinada cosa por no haber nada que lo impida.
Si extrapolamos esta definición al ámbito de las democracias modernas en las que coexisten tres poderes distintos: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, cabría preguntarse “en qué supuestos el ejercicio de estos poderes es legítimo”; y cabría preguntarse, igualmente, “si la consecución del poder constituye un fin en sí mismo, o si el poder tan solo es un instrumento al servicio del bien común”.
Si hablamos del poder legislativo (elaborar y aprobar las leyes), diremos que dicho poder ejercido por los parlamentos (en el caso de España, los parlamentos nacional y autonómicos), será legítimo si las leyes elaboradas sirven a un fin, que no es otro que el de dotar a la sociedad de un marco jurídico seguro, pacífico y democrático, dentro del cual dicha sociedad pueda desenvolverse adecuadamente en todos los ámbitos de la vida (el laboral, el familiar, el cultural, el económico, el político…); si por el contrario, las normas aprobadas no garantizan dicho desenvolvimiento sino que lo entorpecen, el ejercicio devendrá ilegítimo.
Si hablamos del poder judicial (conjunto de órganos unipersonales y pluripersonales, es decir, jueces y tribunales encargados de impartir y administrar la Justicia), diremos que dicho poder será legítimo, además de legal, cuando a la hora de impartir dicha justicia o a la hora de enjuiciar un caso, esos jueces o esos tribunales apliquen correctamente el corpus jurídico vigente o fuentes del Derecho (la ley, la costumbre, y los principios generales del Derecho -integradas y complementadas, además, por la jurisprudencia y la doctrina jurisprudencial-), absolviendo o castigando en función de las circunstancias que concurran en el caso concreto enjuiciado. Y diremos que dicho poder deviene ilegítimo (e ilegal, además) si estos jueces y tribunales no se atienen al marco jurídico existente, dictando una resolución injusta a sabiendas y con plena consciencia de su injusticia, es decir, si prevarican (lo cual es un delito tipificado en el Código Penal).
Y si hablamos del poder ejecutivo, el ejercido por el gobierno (gobierno o administración estatal o central, gobiernos o administraciones autonómicas y gobiernos o administraciones locales –ayuntamientos y diputaciones-), diremos que el ejercicio de poder será legítimo, además de legal, si el mismo sirve con objetividad y transparencia a los intereses generales de los ciudadanos a través de una gestión eficiente y racional de los recursos. ¿Y yo les pregunto?: ¿los gobiernos actuales, tanto el central, como los autonómicos o locales, sirven a los intereses generales o se sirven a sí mismos?, ¿los gobiernos actuales prestan los servicios públicos de manera eficaz y eficiente? ¿La gestión de los gobiernos actuales mejora la vida de los ciudadanos, o arruina todo lo que toca? ¿Los gobiernos actuales garantizan el pleno ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, o estos gobiernos y quienes los integran tratan a los ciudadanos como a súbditos?
Ahora que tantos de estos “gobiernos” se presentan a la reelección, plantéenselo y respóndanse ustedes mismos.
El poder jamás puede ser un fin en sí mismo para disfrute y mayor regodeo del ego. El poder (el ejecutivo, sobre todo) cuando se ostenta, tiene que utilizarse para mejorar la vida de los ciudadanos, y si no sirve a este fin, dicho poder deviene ilegítimo y debe revocarse por los cauces previstos para ello.
Ahora que estamos en período electoral, corresponde a los votantes revocar o revalidar la gestión llevada a cabo por estos gobiernos (tanto en la actual legislatura como en las anteriores, también). ¿Qué han hecho algunos durante años y años de gestión?:…………………….., y mientras esos cargos públicos siguen acomodados en los mullidos sillones de sus despachos, los problemas de los ciudadanos se perpetúan en el tiempo.
Juzguen por lo tanto, o juzguemos cuando corresponde hacerlo, y emitan o emitamos un juicio correcto y ajustado a la verdad de dicha gestión; lo demás es irrelevante (las filias, las fobias, el carisma de los candidatos, su simpatía, su antipatía…).
Es la posibilidad de un futuro mejor e infinitamente más próspero lo que todos nos estamos jugando, y creo que todos (excepto aquellos que se han estado riendo a mandíbula batiente de los ciudadanos) nos merecemos ese otro futuro, mejor, más justo, y más próspero.
Juzguen y juzguemos, pues, cabal y racionalmente.




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