TIRANÍAS Y TIRANOS
- carrillopinillamar
- 8 jun 2023
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Nunca me gustaron tiranías ni tiranos, e imagino que, por la lógica de la reciprocidad más elemental, yo tampoco debo ser santo de su devoción, precisamente. Por tirano entiendo, en su acepción más simple, a toda aquella persona que abusa de su poder (o de una determinada situación) y que intenta imponer su criterio y su forma de entender la vida a cualquier precio y por cualquier método; una persona que hará cuanto esté en su mano para destruir y erradicar a todo aquel y todo aquello que se oponga a su tiranía; y tiranos los hay en todos los ámbitos de la vida: en la política, en los ámbitos laborales, en los grupos sociales y familiares… y el daño que provocan es de tal calado que aprender a detectarlos y aprender, sobre todo, a combatirlos y a derrotarlos, resulta tarea de inapelable urgencia si uno pretende desenvolver su cotidiana existencia dentro de unos razonables parámetros de paz, salud y dicha.
Un tirano será siempre una persona intensamente manipuladora y extremadamente mentirosa; manipulación y mentiras que, además, suelen encubrirse bajo el disfraz de cierto encanto y simpatía personales; encanto, sin embargo, siempre superficial, y por supuesto, falso. Un tirano suele presentar muchas de las características o rasgos que definen a un psicópata:
-Ese encanto superficial del que les hablaba antes para tratar de encubrir ese carácter manipulador y mentiroso.
-Una clara falta de empatía hacia los problemas y el sufrimiento de los demás; sufrimiento que muchas veces provocan ellos mismos (los tiranos) por puro placer sádico.
-Un egoísmo recalcitrante y sin paliativos.
-La capacidad de fingir magistralmente emociones que no sienten (compasión, dolor…).
Como digo, un tirano, allí donde se encuentre, fagocitará toda posibilidad de vida saludable y dichosa, y por lo tanto, desenmascararlos y plantarles cara resulta vital, lo que no siempre resulta fácil, pues se muestran hábiles y diestros en el arte de disimular su putrefacta y psicopática personalidad. Hay que estar alertas y bien despiertos frente a estos tiranos-psicópatas, porque fíjense, ustedes, lo que suele suceder cuando uno se decide a enfrentarlos:
El tirano se presentará, entonces, (merced a una clara estrategia de defensa minuciosamente diseñada) como una víctima inocente, pobre víctima inocente que está sufriendo el ataque y el odio injustificado de los demás. Y si uno no está prevenido contra este cinismo y contra este trabajo interpretativo del tirano (trabajo merecedor de un Goya o de un Óscar), puede llegar a verse desarmado frente a él… por lo tanto, resulta imprescindible conocer, de antemano, sus estrategias y artimañas, para desactivarlas e inutilizarlas.
Créanme: los tiranos no son invencibles. Invencibles serán siempre la verdad y el bien.
Derroquemos, pues, a los tiranos, allí donde quiera que se encuentren o se escondan.




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